Querido,
A veces siento que mi amor por ti es como un susurro en el viento, algo que nadie más oye, un secreto que guardo en lo más profundo de mi pecho. Te amo, y aunque sé que mis sentimientos no encuentran eco en ti, no puedo evitar sentir lo que siento. Es como si mi corazón hubiera decidido por sí solo, sin preguntarme, sin escuchar razones, y ahora late en un compás que solo entiende de amor por ti.
He intentado mil veces alejarme, poner distancia, convencerme de que mi vida sería más fácil sin esta nostalgia constante, sin este deseo de verte en cada amanecer. Pero te llevo en mi pensamiento, como una melodía suave que me acompaña a cada paso, en cada respiro. No puedo simplemente cerrar esta puerta, porque es a través de ella que mi corazón sigue soñando, esperando… aunque en silencio.
Eres mi sueño y mi desvelo,
mi esperanza en la penumbra,
aunque tus ojos no me busquen,
yo te hallo en cada luna.
A veces me siento frágil, como una hoja en otoño, a merced de un viento que no sé hacia dónde me llevará. Y sin embargo, hay una parte de mí que encuentra fuerza en este amor, en este sentimiento que, aunque no me devuelvas, sigue llenándome. Porque amarte me ha enseñado algo que nunca imaginé: la valentía de seguir adelante, de amar sin pedir nada a cambio, de ofrecer lo mejor de mí, incluso en la ausencia de tus brazos.
Tal vez nunca sabrás lo que significas para mí. Tal vez este amor se quede en estas palabras, en los suspiros que nadie oye, en las noches en que miro el cielo y te imagino a mi lado. Pero, aunque no sea correspondido, aunque no tenga un final feliz, mi amor por ti me recuerda que soy capaz de sentir, de entregarme, de creer en algo más allá de las certezas.
Y aunque a veces duela, aunque algunas noches me cueste respirar de tanto pensarte, sé que este amor es parte de mí, y por ahora, no puedo, ni quiero, dejarlo ir.
Con cariño eterno,
yo, que siempre te amaré en silencio.
© Shoshan