Mi amado,
Es extraño cómo el tiempo se desvanece cuando pienso en ti, como si cada segundo se extendiera en un suspiro eterno. Eres mi “para siempre”, ese lugar en el que puedo descansar, donde el mundo se calma y las sombras se disipan. En un universo tan vasto y cambiante, encontrarte fue como hallar la estrella más brillante en un cielo sin fin.
Te amo con esa intensidad que no pide nada a cambio, que simplemente existe, como las estaciones que cambian, como el sol que sale cada día sin excepción. No hay promesa ni palabra que pueda contener lo que siento; eres mi destino, mi paz, mi aventura. Eres el amor que crece sin límite, como un río que nunca deja de fluir, encontrando siempre su camino hacia mí.
Eres raíz y cielo,
el mar en calma y la tormenta,
mi refugio eterno,
mi suspiro y mi fuerza.
En cada mirada que compartimos, siento que el tiempo se rinde ante nosotros, como si el universo conspirara para regalarnos momentos que no tienen final. Y aunque el mundo cambie, aunque el tiempo intente borrar nuestros pasos, sé que siempre volveré a ti, porque eres mi hogar, mi único “para siempre”.
Querido amor, he aprendido que el verdadero amor no se encierra en promesas; se vive en cada instante, en cada respiración compartida. Así es contigo. Mi amor no tiene fin, ni principio, solo un eterno presente en el que tú y yo existimos juntos, como el día y la noche, siempre encontrándonos en ese eterno abrazo de amor.
Para siempre,
yo, que te amo con el alma.
© Shoshan