Querido,
Hoy, con el corazón lleno de emociones encontradas, te escribo estas palabras que, aunque cargadas de despedida, también llevan la dulzura de lo que un día compartimos. No pensé que llegaría este momento, pero sé que es tiempo de dejarte ir, de soltar las promesas que alguna vez tejimos y de permitir que cada uno encuentre su propio sendero.
Te amé con una entrega sin medida, con la fuerza de quien cree en el amor por encima de todo. A tu lado aprendí a ver la vida de otro color, y aunque hoy nuestras vidas se separen, me llevo contigo lo mejor de mí, el amor que floreció en tu compañía. Pero he llegado a entender que el amor verdadero también sabe despedirse, sabe desearle al otro una paz que ya no puede encontrar a nuestro lado.
Como el sol que se oculta en el horizonte,
dejando paso a una nueva noche,
así me despido,
deseándote un cielo lleno de estrellas,
y un camino de paz.
Sé que no todos los amores están destinados a quedarse. Algunos llegan para enseñarnos, para hacernos crecer, y luego se van, dejando huellas profundas. Hoy te dejo ir con la esperanza de que encuentres aquello que buscas, que sigas adelante sin mirar atrás, y que en tu vida abunden la paz y la felicidad que mereces.
Adiós, mi amor. Te deseo lo mejor, de corazón, y me quedo con los recuerdos, esos que guardaré en silencio, en un rincón donde ya no duelan, solo iluminen.
Siempre tuya en recuerdo,
yo, que alguna vez te amé profundamente.
© Shoshan