Querido amor,

Un día más sin verte. Así se siente, como si el tiempo se detuviera entre nosotros, como si cada segundo sin ti fuera un susurro del universo que me recuerda cuánto te extraño. La distancia es como un viento frío que roza mis pensamientos, pero en mi pecho hay una llama, una esperanza que sigue ardiendo, un pequeño milagro que se repite cada vez que pienso en ti.

Recuerdo esos momentos juntos, nuestras manos entrelazadas y nuestras miradas hablando un idioma que solo nosotros conocemos. Ahora, con kilómetros de por medio, me aferro a cada recuerdo como quien guarda un tesoro en una caja de cristal. Aunque el tiempo se empeñe en alejarnos, mi amor es inquebrantable, y cada noche miro las estrellas, preguntándome si también las ves, si sientes en tu pecho esta misma nostalgia, este amor que no conoce fronteras ni límites.

A veces me pregunto si el viento te lleva mis pensamientos, si mis suspiros encuentran el camino hasta tu oído. Imagino que cada hoja que cae lleva un mensaje mío, un susurro del amor que nunca se apaga. Aunque la distancia se extienda, aunque el camino sea largo, mi corazón está contigo, hoy y siempre.

La distancia no es más que una pausa, un respiro que toma el destino para hacernos más fuertes, para enseñarnos que el amor, el verdadero amor, no se rinde ante la ausencia, sino que florece en ella.

Sé que cada día que pasa sin ti me acerca un poco más a nuestro reencuentro, y mientras tanto, me consuelo con los recuerdos, con el eco de tu risa, con la dulzura de tus palabras, que aún resuenan en mi corazón. No importa cuántos días pasen, cuántas noches sueñe con verte de nuevo; tú eres mi luz, mi hogar en medio de la distancia.

Te espero, siempre.

Tu amor eterno,
© Shoshan