Querido mío,
Te escribo desde este rincón donde las horas parecen arrastrarse lentamente, como si el tiempo mismo comprendiera que mi corazón late más despacio en tu ausencia. Hay días en los que me despierto y busco tu nombre en el aire, como si el viento pudiera traerte hasta mí. Te pienso, y en cada pensamiento hay una caricia, una promesa que atraviesa la distancia que nos separa.
¿Sabes? Siempre he creído en la fuerza del amor, en esa magia que no se ve pero que se siente en lo más profundo del alma. Y es por eso que, aunque no estés aquí, te siento conmigo. Estás en mis sueños, en los susurros de la noche, en el brillo de las estrellas que observo mientras te imagino a mi lado.
El tiempo sin ti es como el invierno que se niega a terminar, frío y solitario, pero sé que la primavera llegará. Porque aunque las estaciones cambien, aunque los días parezcan interminables, siempre existe esa esperanza de que un nuevo amanecer nos encontrará juntos.
Eres mi refugio en la tormenta,
el sol que ilumina mis inviernos,
la luna que guía mis noches.
Eres el eco de mis suspiros,
la calma en medio del caos.
Siempre tuyo, siempre nuestro,
en cada respiro, en cada latido.
A veces, cierro los ojos y puedo sentir tu presencia, como si al cerrar los párpados pudiera borrar la distancia que nos separa. Te imagino aquí, justo a mi lado, compartiendo risas, palabras, silencios llenos de complicidad. Y aunque no puedo tocarte, aunque no puedo verte, sé que nuestros corazones laten al mismo ritmo, sincronizados por el amor que nos une.
Las cartas que te escribo son mi manera de mantenerte cerca, son como esas hojas que el viento arrastra en otoño, cargadas de nostalgia, pero también de esperanza. Porque sé que este amor no se desvanece con la distancia, no se apaga con el tiempo. Al contrario, crece, se fortalece, se alimenta de la certeza de que un día, tarde o temprano, estarás aquí, y todo lo que hemos soñado será real.
Hasta entonces, mi amor, sigue siendo mi faro, mi guía, la razón por la que cada día elijo esperar un poco más. Porque te amo en cada amanecer, en cada atardecer, en cada momento en que el mundo parece detenerse solo para recordarme cuánto te extraño.
Con todo mi amor,
Siempre tuya, siempre nuestro.
© Shoshan