Querido amor,
Hoy, mientras el sol se oculta tras las montañas, cierro los ojos y te imagino aquí, tan cerca de mí como lo estás en cada mensaje que compartimos. Las palabras que nos enviamos a través de la distancia son como pequeños puentes que atraviesan océanos, que me hacen sentirte tan cerca, tan mío, a pesar de estar tan lejos.
Es curioso cómo el amor trasciende las fronteras, cómo a través de una pantalla puedo sentir el calor de tu risa, la suavidad de tus palabras y el eco de tu corazón. Cada mensaje que envías es como una caricia que viaja miles de kilómetros, acariciando mi alma con la promesa de que este amor sigue creciendo, incluso en la distancia.
A veces me pregunto si el viento que sopla en mi ventana es el mismo que roza tu rostro al otro lado del mundo. Y en esos momentos, me gusta pensar que estamos conectados por algo más grande que el espacio que nos separa. ¿Te das cuenta? El amor no entiende de kilómetros, ni de fusos horarios. Te pienso, y el susurro de tu nombre llena el silencio de mi habitación, como si cada rincón de mi vida estuviera esperando por ti.
El tiempo parece detenerse cuando cierro los ojos y te imagino aquí, sentado a mi lado, compartiendo las cosas más simples, como si no hubiera un mundo que nos separa. Porque en cada amanecer, en cada noche, en cada pequeño espacio de mi día, estás tú. A veces me descubro sonriendo al leer tus mensajes, como si tus palabras fueran el abrazo que tanto anhelo. ¿Cómo puede ser que la distancia no haya hecho más que unirnos, hacernos más fuertes?
Mis cartas, mis pensamientos, son como hojas que el viento lleva hasta ti, llenas de suspiros, de amor, de la promesa de un día cercano. Un día en el que no tendremos que usar una pantalla para vernos, en el que nuestras manos no serán sombras en la distancia, sino el ancla que nos mantenga juntos.
El amor es como el tiempo; puede pasar, pero no se desvanece. Y aunque hoy nuestras miradas no se cruzan en la realidad, sé que en cada palabra que compartimos hay una verdad que el mundo no puede borrar: este amor es nuestro. Te amo en la distancia, en el silencio, en cada respiro que nos separa.
A veces, me sorprendo esperando la notificación de un nuevo mensaje tuyo, como quien espera la llegada de una estrella fugaz. Y cuando llega, es como si iluminaras mi universo, aunque sea solo por unos minutos. Es increíble cómo algo tan simple como un «te extraño» puede llenar de luz el rincón más oscuro de mi día. Porque te extraño, amor. Te extraño de una manera que las palabras no pueden explicar, pero al mismo tiempo, te siento aquí, tan dentro de mí que la distancia se disuelve.
Siempre tuya, siempre mío, siempre nuestro.
Con todo mi amor,
© Shoshan.